dimecres, 23 de desembre del 2009

Teniente corrupto

Teniente corrupto es un extraño remake. Peli de culto de un director de culto, Abel Ferrara (al menos lo era en su buena etapa), rehecha por otro director de culto, Werner Herzog. Por lo visto, a Ferrara no le sentó muy bien que se revisitara su teniente corrupto, pues lleva años tratando de hacer una precuela de King of New York sin éxito. Y, a las primeras de cambio, le ofrecen a Herzog revisar Teniente corrupto.

La peli de Herzog, no es un remake estricto. Más bien toma la original de Ferrara como fuente de inspiración. El acierto de Herzog es desviarse completamente del tono áspero, sórdido y duro de la original, para crear una nueva película más metafórica, surrealista y, me atrevería a decir, con una parte final en clave de comedia.

El título inglés del film, ya muestra un cambio (The Bad Lieutenant: Port of Call - New Orleans), añadiendo una coletilla que sitúa al personaje fuera de Nueva York. El momento histórico, también es relevante, pues esta película ocurre tras el desastre que asoló la ciudad con el huracán Katrina. El tono de la película, también obliga a ablandar el personaje. Por un lado se justifica su adicción a las drogas por una lesión de espalda. Y, si comparamos la mítica secuencia de Harvey Keitel masturbándose mientras hostiga a dos chicas a enseñarles el culo y a simular una felación, aquí más bien parece que la chica viole a Nicholas Cage, en lugar de que él obligue a que le masturben.

Determinante también es la diferencia de actores escogidos. Sobre Harvey Keitel hay unanimidad en afirmar que es un gran actor, cosa que no ocurre con Nicolas Cage. Tuvo sus tiempos mejores pero, últimamente, la frase que más acompaña a su trayectoria es: “la película es buena a pesar de Nicolas Cage”. Pues bien, Teniente Corrupto ni es tan buena, ni Nicolas Cage está tan mal. La visión que tiene Hezog del personaje, le va muy bien a los habituales excesos de Cage. Cuando la película empieza con un Teniente con la espalda dañada, Cage puede sobreactuar con una cojera y una pose exagerada y, cuando deviene el tono más surrealista, Cage se desata de manera que resulta increíble que no esté igual o más drogado que su personaje.

Lluís Alba

Número 9

Tras cuatro años de trabajo, en 2005, Shane Acker presentó su corto de animación “9”. Con la fortuna que llamó la tención del productor Jim Lemley, al que se unieron dos directores como Timur Bekmambetov y Tim Burton. Y la maquinaria se puso en marcha para producir la versión larga del corto.

El resultado es una película seria. En todos sus aspectos, tanto el guión como la propuesta visual. Quizá demasiado seria para empatizar con el público y lograr que la historia cause interés alguno. Como la película apenas llega a los 80 minutos, no llega a hacerse aburrida. Por surte hay otras virtudes que logran causar interés por la película. Un diseño de personajes original, básicamente en los muñecos de trapo protagonistas, hechos a base de retazos (mudos en el corto original, y dotados con las voces de populares actores en el largo para darle más comercialidad al asunto). También resulta curioso los movimientos de los monstruos, aunque animados por ordenador, parecen estar hechos a base de stop-motion, dándole una calidad especial que evoca a las películas de Ray Harryhausen. Incluso se nota cierta influencia por las míticas películas animadas por el maestro como las de Simbad, Jasón y los argonautas o Furia de Titanes, pues constantemente vemos a unos pequeños muñecos de trapo luchando contra criaturas artificiales, pero con forma animal (tiranosaurio, pterodáctilo o serpiente de cascabel).

Cualquier director novel que se encontrara en la misma situación de Acker tendría la necesidad de dejarse aconsejar si dos de sus productores son Timur Bekambetov y Tim Burton. Del ruso habrá salido la idea de explicar el origen del conflicto apocalíptico en clave dictadura comunista y, de Burton, el diseño de alguna de las criaturas como, por ejemplo, la serpiente de cascabel formada por piezas tecnológicas, de características totalmente “burtianas”. Tras los 9 muñecos de trapo, la serpiente es el mejor diseño de la peli y, su diseño terrorífico, logró durante unos minutos que volviera a prestar atención sobre la pantalla.

Lluís Alba

dijous, 17 de desembre del 2009

Ninja Assassin

James McTeigue, tras debutar con V de Vendetta y salvar la papeleta de los productores pervirtiendo el trabajo de Oliver Hirschbiegel en Invasión, ahora sigue arropado por Joe Silver y los Wachowski en Ninja Assassin, una película de acción sin pretensiones, al más puro estilo serie B.

El inicio del film es impactante, una secuencia gore como si de una peli de Takashi Miike se tratara. Por desgracia el resto de película baja muchos grados y no es tan explícita mostrando miembros mutilados. Incluso tiene una primera mitad algo más sofisticada que en el habitual cine de acción, en la que mezcla dos líneas narrativas que confluyen hasta descubrir las auténticas motivaciones del Ninja protagonista. Ahí se nota la mano de Straczynski, guionista variopinto que no le importa variar géneros ni medios. Pues, tras triunfar en televisión con Babylon 5, pasó a escribir los guiones de los cómics de The amazing Spider-man y, recientemente, a colaborar con Clint Eastwood en El intercambio.

Sin ser nada del otro mundo, consigue entretener lo suficiente y llega a divertir mezclando alegremente una banda de Ninjas ancestrales con los agentes policiales alemanes en un palacio oriental extrañamente ubicado en una rocosa montaña a las afueras de Berlín.

Lluís Alba

Donde viven los monstruos

Spike Jonze cambia de registro para adaptar el cuento de Maurice Sendak, y adaptarse al cine infantil. Consiguiendo una película dónde la imaginación triunfa convirtiendo en rey a un niño. Como un rey debió sentirse un pequeño Jonze al leer el cuento de Sendak, estimulando su imaginación hasta convertirse en uno de los mejores directores del momento.

Como película infantil que es, resulta menos complicada argumentalmente que sus dos obras anteriores, pero tiene en común un estilo visual único, que empezó con sus videoclips, en el que los efectos digitales se integran de tal manera con la película que cuesta distinguirlos de las imágenes reales. Algo parecido a lo que ocurre con los fakes de Youtube, filmaciones caseras de un realismo extremo que cuesta creer que algo de la imagen esté pervertido por la infografía.

Por ello, el mundo imaginario de Max, en el que viven los monstruos (una mezcla entre animatronics y efectos digitales) está filmado en paisajes reales. Jonze no varía el realismo de sus imágenes a pesar de poder hacerlo para darle un enfoque más infantil. De hecho, aunque la película está destinada a un público infantil tiene algunas secuencias tensas entre los personajes, e incluso algunas de terror, que hacen dudar sobre la edad más adecuada para visionar la película.

Lluís Alba

Avatar

Tras conseguir que Titanic arrasara en los Oscars igualando el célebre record de Ben-Hur, James Cameron se permitió el lujo de pasar 12 años sin dirigir otro largo para investigar con nuevas cámaras en sus documentales sobre Titanic. Hasta llegar a conseguir los requisitos técnicos necesarios para filmar Avatar, una película que tenía en mente y, según Cameron, no podía filmar hace 12 años.

Por supuesto la expectación es máxima por Avatar y la primera impresión es que técnicamente deja boquiabierto como ninguna película lo había conseguido hasta ahora. Pues no tiene nada que ver las 3D que se han visto los últimos años con lo logrado por Cameron. Sobre todo en las imágenes de la base militar, donde pantallas holográficas, reflejos y demás cristales ofrecen una nueva sensación que sólo la palabra acojonante puede definir.

James Cameron también dijo recientemente que su película parte de un guión original y no es ninguna adaptación como los recientes éxitos de cine como El señor de los anillos o Harry Potter, por lo tanto el espectador verá algo completamente nuevo. Es cierto que el guión no parte de ninguna otra base directa, pero el argumento de la película tiene poco de original y está tan perfectamente resumido en el trailer, que los que lo hayan visto no encontrarán ninguna sorpresa. Pues todo lo que se cuenta ya se ha visto millones de veces en el cine. La historia de amor entre dos personas de diferentes mundos, el posicionamiento a favor del pueblo oprimido contra el invasor de tecnología superior (pero menos avanzado éticamente), los científicos en conflicto con los militares etc…

Si el contenido no es demasiado original, sí que lo es el continente. Además de todos los avances técnicos, Cameron sigue siendo un gran director, creando espacios bien diferenciados entre los naturales y los artificiales. El contraste entre el mundo fantástico de la selva de los Na’vi y el real de la base militar, está tan bien diferenciado que parece emular aquellas películas infantiles como La leyenda del lago mágico (The water babies, 1978), en las que se alternaban secuencias de actores reales con las de dibujos animados. Incluso llega a resultar increíble que congenien perfectamente los actores de carne y hueso cuando están en la selva Na’vi, como si lo real y lo imaginario se fusionaran por primera vez en el cine.

Cameron vuelve al cine por la puerta grande, como no podría ser de otra forma, con más presupuesto y más copias que nunca. Y, consiguiendo otro logro, inédito hasta el momento en España que es el estreno en 3 dimensiones de una película en versión original. Un agravio comparativo hasta el momento que gracias a Cameron puede empezar a restaurarse.

Lluís Alba

dijous, 10 de desembre del 2009

In the loop

Armando Iannucci, Armando Iannuncci, Armando Iannucci… lo repito varias veces porque conviene quedarse con este nombre. Cómico escocés de origen italiano, cuenta con una trayectoria televisiva en el Reino Unido de tal prestigio que su serie, The thick of it, ha sido comparada con la incomparable Monty Python’s flying circus. Por desgracia inédito en España, esperemos que haya más suerte a partir de ahora que se ha estrenado su primera película: In the loop.

In the loop no es más que la adaptación cinematográfica de la comentada The thick of it. Cuenta con los mismos actores y personajes, añadiendo los estadounidenses que no bajan precisamente el listón (como es el caso del gran James Gandolfini, curiosamente también de origen italiano). Sin poder afirmarlo a ciencia cierta, pues no he visto la serie, sería la misma idea que tuvo Rowan Atkinson con la adaptación cinematográfica de su Mr. Bean, trasladando su personaje a los EEUU, pero hecho con gracia.

Iannucci construye una película caótica, en el que las escenas se suceden una tras otra sin dar respiro, en la que no da tiempo a respirar ni a perder un diálogo desde el segundo cero, llena de ironía de la más mordaz y sangrante. En la que abundan comparaciones con la cultura popular. Con personajes exageradamente cabreados con la lengua afilada. Cuesta subir a la película unos pocos minutos, pero una vez te montas es como un Dragon khan de 106 minutos. Una crítica inteligente del funcionamiento de los gobiernos británico y estadounidense, de los que deciden en despachos si matarán a millones de personas o no. Un submundo político en el que abundan los chaqueteros, los traidores, el azar, los chantajes, los “trepas”, los pactos a tres bandas etc…

En un primer momento pensé que a la película le faltaba mejorar el ritmo, pues es tan frenético que hay que tener la mente abierta para no dejar escapar nada. Pero después de ver el talento de Iannucci, ni yo ni nadie debería atreverse a cuestionarle cómo ha querido construir la mejor comedia del año.

Lluís Alba

dijous, 3 de desembre del 2009

Spanish movie

El género de las spoof movies, tal y como lo conocemos actualmente, empezó en la década de los 80 gracias al trío ZAZ, formado por David Zucker, Jim Abrahams y Jerry Zucker. Creadores de grandes obras maestras del género: Aterriza como puedas, Top secret o Agárralo como puedas. Poco a poco el género se fue devaluando hasta llegar a límites tan bajos como las recientes Disaster movie o Casi 300.

Spanish movie representa la primera incursión en las spoof movies de una película española, que parodia exclusivamente películas españolas.

Por fortuna, la película se ha tomado en serio, y se parece mucho más a las mejores obras del género que a las últimas. Aunque el argumento de estas películas es una mera excusa para hilvanar una serie de gags, por lo menos no se ha dejado de lado como ocurre en las últimas películas que han llegado de EEUU. Así el guión de Paco Cabezas y Eneko Lizarraga, no olvida contar una historia y darle algo de sentido al aluvión de secuencias, personajes, parodias, cameos, chistes y elementos que pululan por la película.

También hay que aplaudir el acierto de contar con los mejores cómicos del país, como son los actores de El terrat y de Muchachada Nui (el mejor gag de la peli es su parodia de Los lunes al sol). Además de contar con la complicidad, a base de cameos, de la mayoría de directores que encajan con buen humor las parodias de sus películas: Alex de la Iglesia, Jaume Balagueró, Paco Plaza, los hermanos Bayona, Alejandro Amenábar etc… (Nótese que Almodóvar no aparece en la lista). Así como la aparición de actores y personajes conocidos: Belén Rueda, Clara Segura, Leslie Nielsen, Andreu Buenafuente, Berto Romero, David Fernández, Chiquito de la Calzada y… Joselito!, que vuelve a interpretar a un niño.

Aunque tiene algunos altibajos, Spanish movie, cumple con su expectativa principal: provocar la risa.

Lluís Alba

Adventureland

Greg Mottola, apadrinado por Judd Apatow en Supersalidos, nos ofrece una película mucho más personal en Adventureland, en la que el humor escatológico deja paso a la nostalgia por la adolescencia.

Ambientada en verano de 1987, Adventureland es una película semi-autobiográfica del propio Mottola, que tuvo que trabajar en un parque de atracciones similar al que da el título al film. Con nostalgia recrea una época en la que tuvo que dar el paso de la adolescencia a la edad adulta. Así retrata perfectamente una serie de jóvenes personajes, distintos entre ellos, pero que tienen en común un lugar, una edad y una época.

Para los que disfrutaron con Supersalidos, que se abstengan de buscar el mismo tipo de humor, o incluso algo de humor. Aunque esté catalogada de comedia, si lo es, debería entrar en la categoría de comedias que no hacen reír. Aunque hay sitio para momentos divertidos y situaciones irónicas (como el abuso de la canción Amadeus en el parque de atracciones), la gran baza de la película es mostrar unos personajes creíbles que están llegando a la edad adulta sin todavía haberse adaptado a la adolescencia.

El protagonista, James Brennan, deberá afrontar sus dudas sobre lo que importa en esa etapa de la vida: el sexo, las relaciones, los estudios, el futuro etc… Sin saber en que espejo mirarse, pues el único personaje adulto que interactúa con ellos, sigue sin haber superado su adolescencia como demuestra el hecho de estar casado y tener rollos con todas las adolescentes que se le ponen a tiro. Provocando un conflicto que será el leitmotiv de la película al mantener ambos una relación con Em Lewin (Kristen Stewart, demostrando que es una buena actriz a pesar de lo que vemos en la saga Crepúsculo).

Lluís Alba

dijous, 26 de novembre del 2009

Un lugar donde quedarse

Tras quedarse fuera de la carrera de los Oscars con Revolutionary road, Sam Mendes necesitó desintoxicarse de las estresantes luchas por tan preciada estatuilla, por lo que rodó rápidamente Un lugar donde quedarse. Una película de puro estilo “indie” totalmente alejada de los anteriores proyectos del director inglés.

Burt y Verona, embarazada de 6 meses, recorren los EEUU visitando a amigos y familiares, para decidir cuál es el mejor sitio donde criar a su futuro hijo. Dividida en episodios, veremos el dispar estilo de vida de cada familia, pues ninguna se parece a la anterior. A la vez que sirve de reencuentro con viejos conocidos de la pareja, algo que tiene mucho en común con Flores rotas (esa pequeña maravilla de Jim Jarmusch).

Aunque enfocada en tono de comedia, la película nos enseña con triste ironía la vida de los personajes que visitan. Pues tanto los aparentemente más felices como los que no lo son tanto, esconden dentro una semilla de infelicidad o un trauma personal. Además, vemos como la desgracia de cada familia es proporcional a la compatibilidad de estos con Burt y Verona.

Aunque la conclusión de dónde deciden quedarse, aparece hacia el final de una forma arbitraria, no me parece incoherente con el discurso de la película, pues en la vida real la mayoría de decisiones que tomamos suelen estar fuera de nuestro control.

Lluís Alba

dimarts, 17 de novembre del 2009

Partir

Drama francés de estilo clásico, con argumento clásico y resultados clásicos. Una romántica historia entre una mujer (casada y burguesa) atraída por el macho ibérico que viene a trabajar a su casa. Argumento clásico de cine porno, como bien parodiaban en Torremolios 73, la libido de Kristin Scott Thomas sube cuando ve el peludo cuerpo de Sergi López.

Quizás lo peor de la peli es cuando se salta el esquema temporal más clásico, pues la peli empieza mostrando el final (de manera engañosa). Aunque la directora dice que así el espectador ya sabe que acabará en tragedia, la misma secuencia vista al final está montada de manera diferente. El espectador, más que descubrir una tragedia, descubre la trampa del cine en el que las mismas imágenes pueden servir para indicar dos acontecimientos diferentes. Por suerte, el verdadero final, es más ingenioso que el que se nos muestra al principio. Nuevamente jugando con los recursos cinematográficos vemos un happy end que sería todo lo opuesto si la película durara 5 minutos más.

El resto de la película es de lo más convencional y, a pesar de la poca credibilidad que tiene que una mujer deje una vida de lujo por ir a pasar hambre (debe saciar mucho la butifarra catalana), las actuaciones (y la química) de la pareja protagonista elevan lo suficiente el nivel para no llegar a pensar durante su visionado que se está perdiendo el tiempo.

Lluís Alba

dilluns, 9 de novembre del 2009

Celda 211

Daniel Monzón ha conseguido el sueño (oculto o no) de todo crítico de cine, pasarse al otro lado de la barrera y convertirse en realizador.

Con su cuarta película (si tuviese el ego de Tarantino, lo hubiese anunciando a bombo y platillo antes de los créditos), se decanta nuevamente por el cine serio y vuelve a rodar en castellano tras su incursión al inglés con La caja Kovak, superándola con creces.

Celda 211 tiene excelente ritmo, con un guión que avanza enganchando con cada nueva secuencia que descubre una parte más de la trama. Sin ser una película perfecta (como la mayoría), tiene la suficiente solvencia para mantener el interés durante todo el metraje y, una vez aceptada la idea principal sobre la que se sostiene la película (un funcionario se hace pasar por preso cuando se queda encerrado en un motín), resulta totalmente creíble el (increíble) cambio que se produce en el personaje principal. Además de tocar varios temas difíciles sin descarrilar, como introducir a unos etarras y criticar abiertamente el sistema sin ser una peli de denuncia.

Aunque hay más de un personaje bien escrito e interpretado (Resines vuelve a ser el gran Resines), sin duda el que se lleva la palma es Luis Tosar. Su personaje de Mala Madre se reivindica desde ahora como un nuevo icono del cine español. Si fuera una peli de Hollywood, Todd McFarlane ya hubiese sacado su figurita. Y, si quieren ganar un dinero, apuesten por él como próximo ganador al mejor actor en los Goya.

Lluís Alba

dijous, 5 de novembre del 2009

Petit indi

Esta es la primera película de Marc Recha que tiene un guión convencional: con inicio, nudo y desenlace. También abandona el ambiente rural para mostrarnos su visión de la ciudad. Como no podría ser de otra manera, la ciudad de Barcelona que vemos es la del extrarradio, nada que ver con las Ramblas, el Eixample o la Sagrada família. El barrio de Vallbona y la Meridiana son sus principales escenarios.

Más de un barcelonés, y yo el primero, se preguntará por el barrio de Vallbona. De hecho una vez vista la película he tenido que buscar por internet para ver si realmente existía con ese nombre. Y así es, un barrio perteneciente al distrito de Nou barris, separado de la Meridiana por las autopistas que van a Manresa y Girona. Un ambiente más rural que urbanita, entre el rio Besós y los campos. En ese ambiente se mueve Arnau, un joven introvertido que vive en su mundo de animales, cría jilgueros y los lleva a concursos de canto (sí, de verdad). De su padre no se sabe nada y su madre está en la cárcel de Vad-Ras. Vive con su hermana mayor, el novio de esta y un hermano que aparece de vez en cuando por la casa. Su tío Ramón es la otra figura paternal en la que se puede fijar. Es el tío urbanita de la familia, que cruzó la autopista para vivir en un pisito de la Meridiana y basa su economía en las apuestas de su extinto canódromo (perfecto retrato que hace Recha de ese sórdido ambiente, el cuál sí he tenido la ocasión de vivir y de huir por patas cuando trataba de hacer una fotografía).

El retrato de todo este panorama es lo mejor de la película. Pues cuando toma los caminos del guión convencional, lo es tanto que resulta previsible. Tanto que toda la película busca que el espectador anticipe lo que va a pasar. Hasta llegar a un final tan cruel e inhumano que deja un mal cuerpo al salir del cine que dan ganas de coger a Marc Recha por el cuello para estamparlo contra la pared.

Curioso también es el modo en que actúan los hombres de Recha. Les hace huir de toda gesticulación posible, en la que el joven Marc Soto y Eduardo Noriega parecen unos maestros. Sólo Sergi López parece capaz de expresar algo más con el único gesto que le permite el personaje, aunque supongo que a Marc Recha le debió parecer sobreactuadísimo.

Lluís Alba

The box



Richard Kelly saltó a la fama por Donnie Darko. El boca a boca popular hizo que se convirtiera rápidamente en película de culto. Tras el sonoro fracaso de Southland tales (todavía inédita en nuestro país), Kelly se atreve a reformular un cuento corto del gran Richard Matheson (Button, button) que ya fue el origen de un capítulo de Twilight zone (versión de los 80).

De hecho la película toma como referencia el capítulo de Twilight zone, allá donde este acababa con un interesante final, en The box es el origen principal de la trama. Kelly debió ver que el capítulo dejaba tantas preguntas en el aire que necesitaba responderlas. Así, lo que vemos en la peli, es la posibilidad que imagina Kelly de lo que hay detrás del misterioso Arlington Steward.

Hasta ahí me parece bien, el problema de la película es que la parte interesante está en los primeros 20 minutos. Pues el resto de nuevos misterios que aparecen no tienen demasiado sentido, llegando hasta un final pretendía ser impactante y no lo consigue. Pues todos los acontecimientos que llevan a él son demasiado arbitrarios para llegar creerlos.

Lluís Alba

dissabte, 31 d’octubre del 2009

Mi vecino Totoro

Hacer una crítica sobre Mi vecino Totoro (1988) en 2009 me parece absurdo. Sería repetir nuevamente las mismas alabanzas sobre la película: la creación de unos personajes icónicos, la extraordinaria animación, la perfecta coreografía de todos los elementos que aparecen en pantalla etc… Así que hablaré de otras cosas relacionadas con Mi vecino Totoro.

Hay que felicitar a Aurum por traer a España en formato doméstico la colección Ghibli. Además, estrenando en cines algunas de sus películas más famosas. Como es el caso de Mi vecino Totoro y, en 2010, Porco Rosso. A riesgo de que esto parezca una campaña publicitaria, también diré que las ediciones son excelentes, que ya es mucho decir ante el panorama de las editoras españolas. Acostumbrados a encontrarnos películas en malas condiciones, sin subtítulos, con imágenes deformadas o recortadas, sin audio en versión original etc… Aquí la calidad parece un sinónimo de la colección, pues está supervisada por el propio estudio Ghibli. Todo esto tiene un único problema, el elevado precio con el que partirán de salida algunas de sus ediciones. Sin ir más lejos, la edición especial de Mi vecino Totoro costará la friolera de 35 euros. Por lo que más vale ir a verla al cine y esperar a las habituales ofertas de las tiendas especializadas.

En el cine se puede ver una proyección restaurada de gran calidad, sólo empañada por la desaparición de proyeccionistas profesionales que parece haber en nuestro país. En el cine Icaria de Barcelona no estaría de más que les diesen cuatro lecciones (y unas gafas) a los aficionados que, una y otra vez, se dedican a proyectar películas desenfocadas o mal encuadradas.

Gracias a esta película, el estudio Ghibli consiguió sobrevivir. Más bien al éxito de ventas de su merchandising. Actualmente Totoro es el icono de Ghibli, un estudio que ha llegado a la popularidad de tener un museo propio en la localidad de Mitaka.

Como ocurre en la reciente Ponyo en el acantilado, la película tiene referencias sobre la vida de Miyazaki. Si en Ponyo se disculpaba a sus hijos por no haber estado presente en su infancia. En Mi vecino Totoro es la propia infancia de Miyazaki la que sale reflejada, pues su madre estuvo enferma de tuberculosis. El hospital en el que está la madre de la película, es real y famoso por su tratamiento contra dicha enfermedad.

La palabra Totoro se la inventó Miyazaki, es una variación de Tororu o Tororo, el nombre con el que se conoce a una criatura similar a los Troll occidentales. En la película, Mei intenta pronunciar Tororo pero no sabe decirlo bien, bautizando así a Totoro.

Para los que deseen estar informados sobre las películas de Ghibli que editará Aurum en los próximos meses, podéis ir mirando la web especial que han creado: http://www.studioghibli-aurum.com/. Repito, aunque lo parezca, no es publicidad, así que si Aurum se quiere estirar, que no dude en mandarme algún DVD.

Lluís Alba

dijous, 29 d’octubre del 2009

(500) días juntos

La elección del título español de esta película otorga una vez más la razón al significado etimológico original de traidor que tiene la palabra traductor. Pues Tom Hansen sí tiene 500 días (de enamoramiento) de Summer, que no es lo mismo que estar 500 días junto a ella.

Esto significa que, a pesar de las apariencias, no estamos ante una peli romántica al uso. Vemos como Tom se enamora de Summer, pero ella no. La peli ofrece la disección de una pareja mucho más real de lo que el cine de masas convencional está empeñado en mostrarnos. Con gran maestría combina perfectamente el romanticismo, el drama, la comedia y el cine musical más fantástico (soberbia secuencia con pájaro animado incluído).

La película empieza llamando puta a la ex novia de uno de los guionistas, por lo que ya podemos intuír que el punto de vista es totalmente masculino (el de Tom). Y, aunque es más fácil tener empatía con Tom antes que con Summer, sí que hay escenas en las que podemos vislumbrar el punto de vista de la chica. Dejando claro que en el tema del amor no hay lógica alguna ni ninguno de los dos tiene la razón absoluta. Prueba de ello es la comparativa de secuencias que hace el director (aprovechando perfectamente una estructura narrativa que salta en el tiempo según le convenga) en la que vemos como la misma situación parece simpática cuando están al principio de la relación o deprimentemente ridícula cuando las cosas no van bien.

Joseph Gordon-Levitt, el niño de Cosas de marcianos (3rd rock from the sun), ya demostró con solvencia que era capaz de interpretar a un enfermo mental en The lookout, pero aquí se confirma como gran actor (y bailarín) en el rol de una persona normal, siempre mucho más difícil y menos agradecido que el primer caso.

Lluís Alba

El imaginario del dr. Parnassus

Con El imaginario del dr. Parnassus, Terry Gilliam ha dado el paso más grande hacia su fama de gafe. Pues que se muera el protagonista en mitad del rodaje supera con creces el exceso de presupuesto en Las aventuras del barón Münchausen o la imposibilidad de rodar la película sobre Don Quijote.

La fantasía que derrocha la película, junto con el espíritu caótico característico de Gilliam, posibilita que se haya adaptado el guión a la ausencia de Heath Ledger, siendo sustituido no por uno, si no por tres actores: Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell.

Reencontrándonos con el Gilliam más fantástico de la época de Los héroes del tiempo de Las aventuras del barón Münchausen. Con todas sus filias: enanos, espejos, caballos, marionetas, animaciones (ahora en 3D), teatros etc… Sumado todo esto al derroche visual, convierten esta película en algo único, en un espectáculo en el que hay que dejarse llevar y dejar que Gilliam te guíe por donde quiera, sin buscar en ningún momento la lógica.

Además de contar con la última interpretación de Ledger (su primera aparición, sin querer, se convierte en algo morboso), cabe destacar la presencia de Tom Waits, que con el aspecto de gangster italiano de los años 30 y su voz grave, hace pensar que si el diablo existe debe ser así.

Lluís Alba

dijous, 22 d’octubre del 2009

La huérfana

Tras librarse de ataduras impuestas como la presencia de Paris Hilton, Jaume Collet-Serra consigue su mejor película hasta la fecha con la típica historia de terror con niño.

Es curioso que un argumento tan trillado como el del niño terrorífico consiga ofrecernos a menudo buenas películas: La profecía, El exorcista, El buen hijo o la reciente El hijo del mal. Supongo que debe haber en el gen humano algo que nos produce terror en la figura de los niños (más o menos lo mismo que con los payasos).

Aunque básicamente es un film de terror al uso, el guión está bien estructurado de manera que va dando pinceladas sobre el pasado de los padres adoptivos de Esther. Por lo que las secuencias que se intercalan entre las “travesuras” de la niña, no son un mero compás de espera. Los personajes están bien construidos, tienen sus motivaciones para obrar como lo hacen, consiguiendo un tono de credibilidad que toda película fantástica necesita. El conjunto es de entretenimiento puro, sus dos horas se pasan volando a pesar de algunas concesiones gratuitas al público generalista: los sustos habituales utilizando personajes que pasan en primer plano y el demencial final en el lago (curiosamente después de que el guión sorprendiera un poco con una nueva vuelta de tuerca al origen del mal).

Si uno de los principales defectos de La casa de cera eran sus mediocres actores (o los no actores como Paris Hilton), aquí ocurre todo lo contrario. Parece que Jaume Collet-Serra quedó escarmentado y tanto las dos actrices principales, Isabelle Fuhrman y Vera Farmiga, como el resto del elenco hacen un gran trabajo.

Las películas de terror no son habituales en las nominaciones de los Oscar, por lo que me extrañaría que Isabelle Fuhrman estuviera nominada. Una injusticia para una niña de 12 años capaz de aguantar sobre sus pequeñas espaldas un personaje protagonista tan característico como el de Esther.

Lluís Alba

Infectados

Àlex y David Pastor se dieron a conocer (para los cinéfilos) a partir del multipremiado corto Larutanatural, inspirada en el cuento de Benjamin Button. Infectados es su debut en el largo, directamente en EEUU.

No sé cuales habrán sido las vicisitudes de la producción, pero los dos años de retraso en el estreno parece un buen auguro. Y no creo que todo sea achacable a la espera de un aumento de popularidad de Chris Pine post Star Trek.

Esa es la sensación que tengo después de ver la película, una buena intención de hacer una película de zombies sin zombies. Prevaleciendo el drama humano por encima de cualquier historia de suspense, de acción o de terror. Pero sólo se queda en la intención, pues ni su parte más dramática consigue interesar en ningún momento, ni sus (pocas) secuencias de terror llegan a generar algún tipo de suspense o tensión en el público. Además, los sustos habituales del género, parecen metidos con calzador por los productores, ya que Infectados no es, ni por asomo, una película de terror.

Tampoco se entiende el homenaje explícito a Mad Max en su inicio, en el que el coche de los protagonistas lleva escrito Road Warrior en su capó. Crean una expectativa de película de acción que no se encuentra en ningún momento. Pues la verdadera intención de los hermanos Pastor es hablar del conflicto de otros dos hermanos ficticios en un mundo post apocalíptico. Por desgracia ese conflicto queda reducido a una anécdota, la película va pasando sin que ocurra nada y cuando finaliza, el espectador todavía espera que comience.

Lluís Alba

dijous, 15 d’octubre del 2009

Crows II

La secuela de Crows zero nos trae más de lo mismo. Pues director, equipo técnico y actores repiten una vez más.

Los esquemas también son repetidos (canción inicial potente, pelea final entre más de 200 personas), quizás por ello, resulta más aburrida que su predecesora. Al menos hay que reconocer que sigue siendo encomiable ver un manga adaptado con un estilo anime sin que en ningún momento quede ridículo. Nuevamente las increíbles peleas resultan creíbles.

Sin embargo se echa en falta algo más del humor que tenía Crows Zero. Aquí relegada a una pequeña secuencia con muy poca gracia en la que el mismo personaje de la primera parte tiene problemas para ligar. También notamos la ausencia de alguna escena que tenga el particular estilo de Takashi Miike, cosa que sí veíamos en la anterior película.

Esta vez sí se nota que esto es un encargo, cumplido con profesionalidad, pero que apenas aporta nada nuevo ni a la filmografía de Miike ni a la saga Crows.

Lluís Alba

Moon

Como el propio Duncan Jones comenta, su primer largo tiene grandes influencias de la ciencia ficción de los 70 y de principios de los 80. Naves misteriosas, Alien, Atmósfera cero o Blade Runner, eran películas de ciencia ficción que explicaban historias humanas en un contexto diferente.

Se trata de una pequeña película, con un solo actor en escena (muy sabiamente el resto de personajes solo aportan la voz o aparecen en vídeos), Sam Rockwell que tiene las tablas suficientes para aguantar todo el peso de la historia, secundado por la voz de Kevin Spacey en una versión bondadosa de HAL 9000 (con la genial idea de usar emoticones para expresar sus sentimientos).

Aunque al principio de la impresión de estar ante una película de Andrei Tarkovsky, enseguida se puede comprobar que el argumento es mucho más sencillo, claro y directo de lo que se podría esperar. Con ello no estoy menospreciando la película, sino todo lo contrario, pues es una historia que sirve para el público que busque un entretenimiento y también para el que desee reflexionar un poco más allá de lo que se ve a simple vista.

Como ocurría en otra gran pequeña película reciente de ciencia ficción, Los cronocrímenes, hay una lectura que va más allá de la historia presentada. Una crítica feroz por ver hasta dónde pueden llegar las grandes compañías para sacar más beneficios o, incluso, una crítica al ser humano por permitirlo ya que, curiosamente, los únicos que son capaces de revelarse contra la situación no son humanos.

Lluís Alba

dimecres, 14 d’octubre del 2009

Cold souls

El debut cinematográfico de Sophie Barthes tiene ciertos paralelismos con el debut de Spike Jonze. Si Jonze proponía una película surrealista para analizar la figura de John Malkovich, Barthes hace lo propio con Paul Giamatti.

Sin llegar a meternos en los mismos recovecos de Quiero ser John Malkovich, Cold Souls también propone una análisis del actor. Con cierta dosis de ironía, vemos como Paul Giamatti requiere que le introduzcan el alma de un poeta ruso para poder interpretar Tío Vania de Antón Chéjov, mientras que una actriz rusa usa el alma de Giamatti para protagonizar un culebrón.

Gracias a la originalidad del film, se consigue una visionado aparentemente ligero y divertido. Pero que consigue que la película dure más en la mente del espectador que tenga ganas de pensar después de salir del cine.

Lluís Alba

Survival of the dead

Antes de comentar la película, debo denunciar un par de situaciones lamentables de la sesión. Primero, el abuso del pase previo publicitario de un famoso videojuego, que nos obligaron a tragar durante unos 10 minutos. Segundo, la proyección de la película a través de un miserable DVD, cuando el público pagó por una entrada de cine. Al menos podría avisar, así los que no se quieran sentir estafados se bajarán la peli de internet y la verán con una calidad similar.

Survival of the dead, más que una secuela de Diary of the dead, parece un spin-off. Retoma el personaje del militar que desvalijaba a los protagonistas de la anterior película, para ponerlo al mando de una expedición a una isla en la que puedan estar a salvo de los zombies.

Por desgracia, la originalidad formal de Diary of the dead queda relegada para hacer un homenaje a los westerns de su añorado Howard Hawks. También parece que el presupuesto que dispone Romero es cada vez más bajo, algo que la película se resiente bastante. Tampoco parece tomarse muy en serio la película, muchas situaciones o personajes parecen auto-parodias de las películas del género.

Aún así hay que reconocerle el mérito de seguir sacándole jugo (literalmente) a los zombies, saber crear películas de estilo clásico, con argumentos que van al grano, que entretienen y hacen disfrutar a los amantes del género una y otra vez.

Lluís Alba

Ingrid

Eduard Cortés se lanza a los mundos del arte, los ambientes bohemios y el surrealismo para firmar su película menos convencional hasta la fecha. Sin llegar al extremo de la reciente Los límites del control (Jim Jarmusch), Cortés propone al espectador un viaje hacia la imaginación y a la estimulación creativa desde la perspectiva de los ambientes bohemios de los estudiantes de arte.

El proyecto nació cuando Cortés investigó sobre las redes sociales (fotolog y MySpace más concretamente), y encontró a Elena Serrano. Y, de la noche a la mañana, la convirtió en actriz protagonista. Visto el resultado parece sorprendente que no tuviera experiencia previa, pero lo que sí tiene son unas dotes innatas para la actuación y para cautivar la cámara.

A través de la mirada de un recién separado, Àlex (Eduard Farelo) nos adentramos en el mundo bohemio de Barcelona. En el que todos los personajes giran alrededor o hacen girar a Ingrid, una diseñadora de moda experimental, con desfiles basados en las camisas de fuerza que usaba Houdini en sus espectáculos. Así encontramos una mirada surrealista de este mundo, en el que una desgracia personal de Ingrid hace desear su abandono y lograr su gran escapada final.

Sus dos anteriores películas fueron proyectos muy sólidos, lo lógico hubiese sido que triunfase continuando un mismo estilo, por lo que aplaudo el riesgo de Eduard Cortés para no quedarse encasillado.

Lluís Alba

dijous, 8 d’octubre del 2009

The hurt locker

Kathryn Bigelow es una de las directoras más solventes de los EEUU. Nunca ha conseguido una fama que traspase fronteras a pesar de que sus pelis de acción suelen ser más que decentes (Point break o K-19: The widowmaker) y de contar con una peli de culto como Strange days.

La ausencia de alguien famoso tras el nombre de la directora, provoca que la enésima película crítica sobre la guerra de Irak no se haya estrenado en España ni en cine ni en DVD. Y las breves apariciones de Guy Pearce, Ralph Fiennes, David Morse o Evangeline Lilly, tampoco tienen la suficiente fuerza como para que algún distribuidor español se atreva con ello.

Festivales como Sitges o el e-mule son las únicas posibilidades que tiene el espectador español para ver esta película que sigue los pasos de un artificiero desactivando bombas en Bagdad. En una atmósfera hostil, angustiante, en la que el enemigo podría ser cualquiera. Una situación en la que no desean estar ni los soldados estadounidenses ni los ciudadanos iraquís.

Bigelow describe una vez más el horror de una guerra que afecta sicológicamente a los soldados. Perfectamente descrito en el Sargento William James, que una vez adaptado a una vida en el que cada día puede ser el último, no es capaz de vivir en paz fuera de la guerra.

Es un tema que ya ha sido tratado anteriormente en el cine, sea en las películas sobre el Vietnam o en las recientes de Irak. Un tema poco agradable que hace que el espectador mire para otro lado (como demuestran las audiencias en las noticias sobre guerra) y las distribuidoras también.

Lluís Alba

El vampiro

El festival de Sitges también sirve para descubrir películas de épocas anteriores. Normalmente comprar una entrada para un clásico es comprar garantía. Por lógica no existe riesgo ya que los años han podido contrastar si una película merece o no la pena revisitar.

Este es el caso de El vampiro. Una película mexicana de 1957, dirigida por Fernando Méndez. Aunque sus méritos formales son destacables (el pasillo por donde pasa el vampiro, escenas buñuelescas con sonido de fondo que tapa los diálogos etc…), lo más sorprendente es un guión clásico que avanza con paso firme, con las sorpresas necesarias y con unos personajes bien elaborados. Por desgracia en la actualidad es difícil ver películas tan bien narradas como esta.

Producida y protagonizada por Abel Salazar, una especie de Antonio Ozores comedido, un galán que ajusta su vis cómica lo justo para resultar divertido en los momentos precisos y no agobiar al espectador.

Existe una secuela, El ataúd del Vampiro. Aunque en España parece difícil que estas películas se editen, por suerte el paso de los años no solo ha hecho traer desgracias, internet existe para ser usado.

Lluís Alba

Independencia

Independencia forma parte de una trilogía ambientada en tres épocas determinantes de la historia de Filipinas. Esta parte ocurre durante los primeros años del siglo XX durante la guerra contra los EEUU.

Raya Martin no pretende hacer una película histórica, pues los hechos siguen a una madre que huye con su hijo a una barraca en medio de la selva para apartarse de la guerra. Así vemos como pasan los años, conocen a otra chica perdida, muere la madre, los jóvenes aprenden lo que es el amor y el sexo (aunque no tiene nada que ver con El lago azul) y tienen un hijo criado en la selva. Como si del Tarzan de Johnny Weissmuller se tratara, vemos como el paso de los años pasan de tener una cabaña medio en ruinas a un chalet de madera con granja de pollos.

Pero lo más relevante de la película no está en el argumento, si no en lo formal. Pues para retratar esos años, Raya Martin hace un ejercicio estilístico que emula un rodaje de la época. En un impostado efecto de ralentí y con un falso blanco y negro, nos llena de bellas imágenes rodadas en decorados casi teatrales, con paisajes pintados sobre lienzo.

Formalmente ya aplicó lo mismo a dos películas anteriores. Eran mudas, pues estaban ambientadas a finales del siglo XIX, en los últimos años de que fuera una colonia española.

Lluís Alba

Pandorum

Bajo el manto de Paul W. S. Anderson, Christian Alvart dirige una película de ciencia ficción con regusto de serie B.

Antes la serie B también era sinónimo de malos efectos especiales, esto ha pasado a la historia. Pandorum no va a revolucionar la técnica de infografía ni los maquillajes, pero sí se nota que los años no han pasado en balde y cualquier película de mediano presupuesto da el pego.

Por lo que tenemos una peli sin pretensiones que sólo busca entretener. En el que no hay que buscar más lógica que pasar un par de horas de aventura en aventura, sin llegar nunca al nivel de maestros como Carpenter, pero dejando la sensación de haber pasado un buen rato.

Lluís Alba

Thirst

Invitado habitual en el Festival de Sitges, Park Chan-Wook, prometió hace dos años al entusiasta público que volvería con una película sobre el vampirismo. Esto es Thirst.

Viniendo del director de Old boy, hay que dar por supuesto que no estamos ante una película de vampiros al uso. Para empezar el protagonista Sang-Hyeon (encarnado por Song Kang-Ho, que parece ser el único actor coreano que exista), es un cura que por hacer el bien es contagiado con sangre de un vampiro. Una paradoja para reflexionar sobre el bien y el mal, encarnados en una misma persona.

La aparición de una antigua conocida de la infancia, hará que el tono de la película pase, sin ningún problema, del terror a la comedia, o al drama más costumbrista. Incluso alguna elipsis narrativa y la aparición de un fantasma, hace que la película sea por momentos surrealista. Llegando a combinar escenas terroríficas o dramáticas con un toque de humor. Como la secuencia de la suegra tetrapléjica, testigo de todos los crímenes vampíricos, tratando de comunicarse con sus invitados al más puro estilo de La escafandra y la mariposa.

Como siempre, Park Chan-Wook nos deja imágenes que se impregnan en la retina del espectador. Son imágenes imborrables ver a Sang-Hyeon chupando sangre del enfermo en coma o soltar la suya propia a través del agujero de una flauta. Por eso el público de Sitges siempre pide más y Park Chan-Wook nunca dejará de venir.

Lluís Alba

Los límites del control

Jarmusch firma una de sus obras menos accesibles. Una patada en el estómago al espectador que no quiere pensar, al que quiere que todas las películas sean A B C. Una venganza personal contra el cine-producto industrial. Para Jarmusch, el cine es arte y debe estimular la imaginación provocando sentimientos al espectador. Quien quiera todo lo contrario, que vaya a abrazar a Amenábar.

Con menos de 5 millones de presupuesto (no recuperados en EEUU), Jarmusch es capaz de reunir a una serie de actores que sólo ruedan con él por el prestigio. Oscar Jaenada, Luis Tosar, Tilda Swinton, John Hurt, Gael García Bernal, Bill Murray etc… encarnan una serie de personajes para narrar una película episódica y repetitiva en el que cada uno le cuenta al protagonista, el hombre solitario (Isaach de Bankolé), una impresión personal suya. Le hablan de cine, de arte, de bohemios, de música…

Este hombre solitario, que no habla español a pesar de tener una misión en España (curiosamente, Isaach de Bankolé, en Ghost Dog, interpretaba a un vendedor de helados en EEUU que no hablaba inglés. Como si del samurái de Ghost dog se tratara, cada día toma dos tazas de café expreso, se encuentra con un personaje nuevo, intercambia una caja de cerillas, lee un papel en código y se lo come. ¿Qué ocurre? ¿Cuál es su misión? Durante toda la película el espectador tiene que hacer uso de su imaginación (como dice uno de los personajes al principio). Quien se apunte aprovechará las dos horas de metraje, el resto que no espere a que Jarmusch le de una respuesta.

Lluís Alba

dimecres, 7 d’octubre del 2009

[REC] 2

No es habitual en España, al menos en los últimos 30 años, que una peli fantástica o de terror consiga crear una secuela. Jaume Balagueró y Paco Plaza, consiguieron un éxito sin precedentes con [REC]. Por las cifras aportadas en este primer fin de semana de [REC]2, parece que tendremos [REC] para rato.

Si la primera parte fue una peli directa, que iba al grano y con una historia concreta que contar, aquí aparece el mal de las secuelas que buscan dar nuevas explicaciones a lo que ya se vio. Ni mucho menos esta película llega a bajar tanto el nivel como ocurría con Los inmortales II, en el que una raza ancestral inmortal pasaba a ser extraterrestre por obra y gracia de algún guionista chiflado. En [REC]2, los zombies infectados pasan a ser poseídos endemoniados.

Una vez abrazado esta pequeña novedad la peli sigue con la misma tensión e interés que pudiera tener la primera parte. Con una estética de videojuego, juega muy bien con las cámaras en los cascos de los GEOS, aporta sustos y situaciones novedosas, como los niños endemoniados, dentro de la misma situación claustrofóbica de su predecesora.

Sin embargo, el giro que se da a media película, buscando contar la misma historia desde otro punto de vista, entorpece más que beneficia al film. Más allá de lo repelentes que lleguen a ser los adolescentes (una hostia más grande de la que reciben se habrían merecido), en lugar de conseguir un descanso a la tensión de los encerrados en el edificio, logran sacar al espectador de la película.

Aunque en el tercer tramo la cosa mejora, sus posesiones infernales no sorprenden tanto, y abusa de situaciones y frases mil veces vistas desde El exorcista. Aunque siempre habrá algún adolescente sorprendido ante una de sus primeras películas de terror, que no sabrá quién es Linda Blair, ni la teniente Ripley, ni un súcubo.

Lluís Alba

dimecres, 30 de setembre del 2009

¡El soplón!

Soderbergh es un director inquieto, acostumbrado a traernos una o dos pelis por año sin que ninguna se parezca al anterior. Tras el ejercicio semidocumental sobre la figura de El Che, y sin que aquí nos haya llegado su penúltima película, The girlfriend experience, Soderbergh presenta la adaptación de un libro sobre un estafador basado en hechos reales.

La peli empieza por no tomarse en serio las adaptaciones basadas en hechos reales. Pues después del habitual cartel en el que nos dice que los nombres y lugares han sido cambiados, aparece la frase: -Chúpate esa. Pasando directamente a unos créditos con unos rótulos y música inspirados directamente en las teleseries setenteras. Aparentemente sin ninguna relación con la película, pues la acción transcurre en los 90. Quizás, en la memoria de Soderbergh, los setenta le evoquen al pasado, mientras que los 90 todavía no… o simplemente sea un toque excéntrico más.

Así seguimos los pasos de Mark Whitacre, que comienza mintiendo a su empresa por una falsa estafa y, cuando ellos contactan con el FBI, en lugar de delatarse sigue mintiéndoles sobre su empresa. Una mentira lleva a otra, y durante dos años y medio se convierte en un doble agente sin haber ningún motivo para ello. Matt Damon, tuvo que engordar 14 kg para este papel, seguramente en busca del Oscar, un transformismo que suele gustar a la Academia. Un personaje caracterizado tanto por el propio Damon dentro de la película, como por su voz en off en forma de pensamientos y la música que le acompaña. Una música que tiene un papel decisivo, pues es parte del sentimiento del propio Whitacre que nos muestra como disfruta jugando con la situación. Cuando una secuencia es totalmente de suspense, la música es de comedia, contrastando así la situación real con lo que debe estar sintiendo Whitracre.

Es cierto que los 108 minutos de la peli son prácticamente iguales, lo que facilita que el espectador se evada un poco. Algo parecido a lo que pasa por la mente de Whitacre en la mayor parte de sus conversaciones en las que su pensamiento va por un lado y la realidad por otra. Sin saber realmente porqué miente: ¿por gusto?, ¿por tozudo? ¿o por qué él es así?

Lluís Alba

El secreto de sus ojos

Aunque ya tuvo un éxito internacional con El niño que gritó puta, Juan José Campanella comenzó a tener un nombre en España a partir del gran éxito cosechado por El hijo de la novia. Curtido como profesional a medio camino entre su Argentina natal y la televisión norteamericana, donde ha dirigido capítulos de Ley y orden, de la estimable Dragnet (que se puede ver en 8TV) y House (esa serie detectivesca camuflada en forma de médico irreverente). Así en El secreto de sus ojos, combina ambos mundos con la ayuda de su alter-ego en la pantalla, Ricardo Darín.

Pues mezcla una trama policíaca con una comedia de amores imposibles que evocan al pasado. Combinando perfectamente ambos aspectos y ambas épocas, la actual y los 70 argentinos en los que el inicio de la dictadura tiene una incidencia directa con el caso y con la vida personal de los protagonistas.

Película llena de virtudes: Un guión con los divertidos e inteligentes diálogos made in Campanella. Escenas espectaculares, como el plano secuencia en el estadio de fútbol (que lo firmarían el mismo Brian DePalma o David Fincher). Actores excelentes. Y un maquillaje sutil que envejece 25 años a los protagonistas y no canta como en producciones de más presupuesto con el mal uso de la infografía.

Sí, se hace larga. Sus más de dos horas hacen que el ritmo baje un poco en su última parte, pues sus falsos finales hacen creer que la peli acaba veinte minutos antes de cuando toca. Pero en conjunto no creo que tenga nada que envidiar a elogiadas producciones recientes como El intercambio de Clint Eastwood.

Lluís Alba

Jennifer's body

Si algo quedó claro en la pasada edición de los Oscar es que el premio al mejor guión para Diablo Cody fue, como mínimo, exagerado.

Su segundo guión hará que más de un académico se tire de los tres pelos que le queden por haber creído en ella. Pues Jennifer’s body sólo se sostiene por el morbo de ver a Megan Fox comiéndose, literalmente, a los tíos de su instituto. Algo que no sirve para aguantar toda una película.

De inicio, la historia ya es lo suficientemente increíble como para entrar en ella. Y no me refiero a la parte fantástica, pues resulta más extraño que Jennifer, la tía buena del instituto sea la mejor y única amiga de la empollona Needy. Pues si la intención de esta amistad era llegar a un rollo lésbico, está tan disimulado que pasa por debajo de sutil. Y cuando Jennifer está ya poseída por un demonio, se abandona la infra sutilidad por una escena lésbica entre las dos protagonistas, de lo más gratuita. No se me entienda mal, a todos nos gusta ver escenas lésbicas entre adolescentes, pero hubiese sido mejor que tuviera algún sentido en esta historia de amigas y no sólo para crear un morbo que no es tal.

El guión también aporta frases al estilo Juno, con palabras guays entre adolescentes, que no entraré a valorar porque se pierden en la traducción (doblada o subtitulada). Y algunos detalles que pretenden dejar a los adolescentes como tontos, como es el caso en el que Needy no sabe quién es Phil Collins o como la compañera de clase que basa su creencia en la verdad porque lo ha leído en la Wikipedia. Parece como si la inteligente Juno estuviera basada en la propia guionista, y los adolescentes actuales de Jennifer’s body fueran unos completos incultos.

Si de algo sirve esta película es para demostrar que Amanda Seyfried demuestra tener un mayor abanico de expresiones que en la insulsa Mamma Mia!, y que un guión puede cambiar mucho si está en manos de un director solvente como Jason Reitman o de una incompetente Karyn Kusama, perpetradora de joyas como Aeon Flux.

Lluís Alba

dijous, 24 de setembre del 2009

Malditos bastardos

Tarantino es un genio, eso no le convierte en el mejor director de cine, pero sí en alguien único. Sólo él es capaz de tomar como referente películas de bajo presupuesto, llenar una cinta bélica de diálogos y que las dos horas y media de película pasen volando. Consiguiendo un entretenido film de aventuras bélicas como hacía décadas que no se veía. Narrada en 5 capítulos, casi auto-conclusivos, que contienen dos historias en paralelo convergentes en un final apoteósico en el que el director de Death Proof muestra su particular visión de una venganza judía sobre los nazis.

El 2 de julio de 2008, Tarantino terminó el guión de Malditos bastardos, y su intención de estrenarla en Cannes en 2009, convirtió esta producción en una carrera contra reloj. Un año es, casi, un tiempo record para una película de estas características. Cualquier contratiempo puede resultar fatal. Por eso, el rechazo de Ennio Morricone para realizar la banda sonora, supuso un nuevo reto para el director de Kill Bill vol.1 que, ni corto ni perezoso, decidió usar bandas sonoras de otras películas (curiosamente, ninguna bélica). Lo que podría haber sido un pastiche considerable, se convierte en otra genialidad por obra y gracia del director de Kill Bill vol.2.

Esta vez, Tarantino, apenas ha contado con la aportación de ningún olvidado actor mítico, salvo el cameo de Rod Taylor como Winston Churchill, no tenemos ningún John Travolta, David Carradine o Pam Grier en papel protagonista. Pero sí que se sigue rodeando de amiguetes, como hace Santiago Segura, como Eli Roth o la colaboración especial de Mike Myers.

El director de Jackie Brown vuelve a crear buenos personajes y largos diálogos, aparentemente vacíos, pero que le dan su propia personalidad a la película. El diálogo de las ardillas, ya se puede comparar al de los Big Mac franceses de Pulp Fiction. Pero también quiero destacar que todos estos diálogos y personajes han sido creados gracias a algunas actuaciones memorables, como es el caso de Christoph Waltz, una apuesta segura al mejor actor secundario en los próximos Oscar, la joven Mélanie Laurent y un Daniel Brülh que combina perfectamente la bondad de un joven ilusionado con la crueldad de un asesino nazi.

Como admirador del director de Tarantino, al menos su carrera es lo suficientemente corta como para haber podido ver todas sus películas y sus aportaciones televisivas en CSI o Urgencias, creo que estamos ante una de sus mejores películas, aunque no en su obra maestra tal y cómo nos dice el director de Reservoir dogs a través de la boca de Brad Pitt.

Lluís Alba

dimecres, 16 de setembre del 2009

District 9

Neill Blomkamp iba a debutar con la adaptación cinematográfica del videojuego Halo, y así conoció a Peter Jackson. Aunque finalmente el proyecto no se llevó a cabo, sí que sirvió para que el director Neozelandés se fijara en Blomkamp y, cuando este le presentó el proyecto de District 9 (basado en su corto Alive in Joburg), no dudó en producirlo y respaldarlo con su nombre allá donde se fuere.

La idea de la película, cuanto menos, es original. No nos presenta a unos alienígenas que vienen a invadirnos o, por el contrario, a compartir toda su sabiduría. Simplemente llegaron 20 años atrás a Johanesburgo y se tuvieron que quedar porque no sabían cómo regresar. Al no tener nada que ofrecer a los gobiernos de la Tierra, los dejaron semi-abandonados en un distrito en el que viven en chabolas apartados del resto de la sociedad. Como el propio Blomkamp se ha encargado de explicar, su origen sudafricano le ha llevado a escribir esta historia como un reflejo del Apartheid, la segregación de la gente por su raza en diferentes distritos, no hay que decir que los negros siempre fueron los peor parados. Paralelismo que también queda patente con la combinación de diferentes lenguas (alienígena, afrikáans e inglés) con total naturalidad. Algo a lo que también estamos acostumbrados en España, en las zonas que conviven dos idiomas a pesar de que sea entendido como un acto de mala educación por parte de los que sólo hablan uno.

Una vez dicho todo esto, ¿qué nos queda? Una película de ciencia-ficción que es un popurrí de todo lo que le gustó a Blomkamp cuando era joven: Aliens, Robocop, La mosca, a su vez mezclado con un estilo visual que tiene una primera parte parecida al Brian de Palma de Redacted y otra al Ridley Scott de Black Hawk derribado. Si Tarantino mezcla sus filias setenteras y todos lo tratan como genio, no veo porque debería decirse lo contrario de Blomkamp. Es cierto que todavía es pronto para comparar ambas trayectorias, o para que alguien se atreva a decir que este debut es mejor que Reservoir dogs. Pero, como mínimo, estamos ante una de las películas de ciencia ficción más estimulantes de los últimos tiempos, y eso es algo que no se puede despreciar actualmente.

Lluís Alba

dimecres, 9 de setembre del 2009

Hazme reír

Las películas de Judd Apatow son la evolución lógica de lo que deberían haber sido las de Kevin Smith. Con el estilo visual de un telefilm pero con un divertido guión, unos grandes personajes y unos buenos actores, hacen que Apatow triunfe donde Kevin Smith no pudo hacerlo.

Hazme reír es la antítesis de Enemigos públicos. Mientras que aquí el guión sobresale por encima de cualquier ejercicio estilístico, la peli de Michael Mann fascinaba por su visualización a la vez que aburría por su guión. De acuerdo, una película dirigida por Mann con guión de Apatow es un absurdo que sólo me gustaría ver a mi, pero cosas peores se han ideado (y ejecutado) en Hollywood.

Hazme reír cuenta con unos personajes tan reales y humanos, llenos de defectos, en los que ningún espectador sensato quisiera sentirse identificado: George Simmons (Adam Sandler) es un cómico de éxito, lo tiene todo, una mansión, limusina, jet privado, excepto amigos de verdad. Ira Wright (Seth Rogen), aspirante a cómico que trabaja en la carnicería de un centro comercial (una versión humorística de Mickey Rourke en El luchador), pero que es capaz de traicionar a su amigo por conseguir el trabajo soñado. Laura (Leslie Mann), la ex novia de Simmons, a pesar de tener una vida feliz con su marido e hijas sigue siendo una actriz frustrada.

La relación que se crea entre Simmons y Wright, el cómico de éxito y el aspirante, no deja de ser una de las más ambiguas de la historia del cine (y que nadie piense en la acepción sexual), pues aunque llegan a ser más que amigos, en ningún momento dejan de ser realmente más que jefe y empleado (o más bien diría amo y lacayo). Esta extraña relación consigue crear una serie de secuencias de lo más divertidas, como en la que Wright llena el Ipod de Simmons de canciones tópicas para animarle en su enfermedad.

Sandler conoció a Apatow en su programa de radio, cuando ninguno de los dos eran las estrellas actuales. Se nota que tienen una gran complicidad, logrando que Sandler sea capaz de auto parodiarse en un ejercicio catártico. Como queda patente en una frase que le dice Eric Bana: “Con lo gracioso que eres, ¿cómo haces unas películas tan malas?”

También Apatow sigue retratándose como ya lo hizo paródicamente en Virgen a los 40, aquí bajo el prisma de Ira Wright, incapaz de tirarse a ninguna chica, pero sí de romper con una incluso antes de haber hablado con ella.

El alto nivel de la película baja un poco en el último tercio, curiosamente donde aparecen la mujer e hijas de Apatow. Pero lo visto hasta el momento es tan bueno que al acabar la película uno sólo tiene la sensación de haber visto una de las mejores comedias del año.

Lluís Alba

dijous, 3 de setembre del 2009

Antichrist

Lars Von Trier ha buscado la provocación en su última película. La exagerada crítica negativa del festival de Cannes ha impulsado su comercialidad, pasando de proyectarse en salas minoritarias en v.o. para gafapastas a poder encontrarse en la mayoría de multisalas palomiteros. Donde la gente acaba vomitando o huyendo despavoridos, pues hasta ahora creían que Saw o La última casa a la izquierda eran gore.

La película empieza, en su prólogo, con el encanto poético de la estética de spot televisivo, contrastado con las imágenes que nos muestran un terrible suceso. Una estética que se va abandonando, hasta llegar a la parte final llena del gore más fuerte e hiperrealista que he podido ver desde el Giallo italiano que descubrí en los primeros tiempos de Tele 5.

Supongo que la mayoría de críticos no soportan a Lars Von Trier, demostrando cierta envidia por ver a alguien más listo rodando las pelis que le da la gana. Pues, en el fondo, todo crítico esconde un cineasta frustrado en su interior.

Lluís Alba

dimarts, 28 de juliol del 2009

Nueva York para principiantes

Nueva York para principiantes (la original traducción de How to lose friends & alienate people) está basada en la autobiografía de Toby Young, editor de la revista Vanity Fair. Por lo leído en las notas de producción de Warner: “el libro es una serie de sucesos tremendamente divertidos, pero desconectados”, se tuvo que idear algo para darle forma de largometraje. Al guionista Peter Straughan no se le ocurrió otra cosa que inventarse el personaje de Kirsten Dunst para hacer una comedia romántica.

Así la película empieza como una comedia que ironiza sobre el mundo de los famosos, con diálogos divertidos llenos de referencias cinéfilas que, junto con la inestimable ayuda del gran Simon Pegg, hacen una película más que estimable, en la que se retrata con sarcasmo el mundo cinematográfico: los trepas, los olvidados, las estrellas egocéntricas etc...

Junto con una serie de actores bien caracterizados en sus personajes: Jeff Bridges que en sus breves apariciones borda el papel de editor, Megan Fox haciendo de lo que mejor sabe hacer: de tía buena y una Gillian Anderson que nada tiene que ver con la buena de Scully. Hace pensar que podríamos estar ante una gran película.

Sin embargo, tal y como le ocurre a Sidney Young (el personaje de Simon Pegg), la película parece venderse a este mismo mundo que tanto critica para convertirse en una imposible comedia romántica de lo más simple, tópica y tontorrona. Pues, o mucho ha bajado la categoría de Kirsten Dunst, o no acabo de entender como Simon Pegg ha pasado de cómico a galán romántico.

Lluís Alba

dimecres, 22 de juliol del 2009

Harry Potter y el misterio del príncipe

No sé si será casualidad, pero desde que David Yates se ha hecho cargo de la saga, el nivel de las adaptaciones ha ido bajando considerablemente. Si Chris Columbus consiguió dos entretenidas películas infantiles, Alfonso Cuarón cambió el look a una etapa más gótica y Mike Newell conjuntó perfectamente el romanticismo con las aventuras; David Yates parece haber sucumbido a un mero encargo de meter en dos horas y media todo lo que pueda de la novela.

Como está visto que es incapaz de condensar todo lo esencial del original literario en una sola película, le han concedido la posibilidad de rodar el 7º y último libro en dos películas. Aunque esto ya se tendría que haber hecho desde la 5ª parte y, quizás, hubiésemos visto algo mejor.

La película sigue siendo fiel al libro, al menos el 50% de lo que adapta. Por lo que se deja muchas partes interesantes, como esa doble lectura que hace J.K. Rowling sobre el ministerio de magia, fácilmente comparable con nuestros políticos reales... También pasa de largo algunas partes importantes de la historia, como la exploración del pasado de Voldemort y, lo peor, la batalla final en Hogwarts que hubiese aportado algo de acción a esta película. Y muchos personajes quedan totalmente desdibujados o anecdóticos, tal es el caso de Hagrid o el desaprovechamiento de Helena Bonham Carter como Bellatrix Lestrange.

En lugar de eso ha preferido centrarse en la parte romántica de la historia, algo clave en el trío protagonista, pero a costa de no saber equilibrarlo con el resto del contenido del libro. Consiguiendo un montaje precipitado en algunos momentos para acortar su duración, teniendo su parte más negativa en un final que resultaba épico y dramático en el libro pero que en la película se ventila en pocos minutos.

A los fans de Harry Potter sólo les queda la posibilidad de releer los libros para recordar porque les gustaba esta saga, pues las películas por sí solas seguirán sin cosechar nuevos seguidores.

Lluís Alba

Bruno

Sacha Baron Cohen repite con éxito la misma fórmula de Borat con otro de sus personajes estrellas: Bruno, el mayor experto gay en moda de Austria. Y, con permiso de Pixar y Michael Mann podríamos estar ante la película del verano.

Jugando inteligentemente tanto en la promoción como en la película con realidad y ficción, se monta un ¿falso? documental que sirve para reírse nuevamente de los sectores más conservadores de los EEUU. Blanco fácil, sí, pero que se ha ganado a pulso todo el escarnio de Sacha Baron Cohen.

Como Borat, es una película en la que la que acabas descojonándote en cada secuencia. La vis cómica innata de Sacha Baron Cohen convierte esta película en una versión gay y humorística de los documentales de Michael Moore. Bruno parodia a actores de Hollywood, a productores de televisión, a homófobos, a padres capaces de prostituir a sus hijos, a católicos etc...

Aunque no aporte la sorpresa que supuso Borat, pues es una repetición de los mismos esquemas, sí que tiene la fortuna de saber renovarse con un personaje diferente y con una nueva cantidad de víctimas conservadoras, un filón que jamás se agotará.

Lluís Alba

dimecres, 15 de juliol del 2009

Paranoid Park

Por los extraños malabarismos de las distribuidoras españolas, nos llega más tarde la penúltima película de Gus Van Sant filmada antes de Mi nombre es Harvey Milk. Paranoid Park formaría parte de su segunda etapa independiente, junto a Gerry, Elephant y Last days.

Particularmente me interesa mucho más estas películas más arriesgadas. Como mínimo se puede ver algo diferente al convencionalismo habitual que hayamos en las salas de cine.

Como en Elephant, juega con el orden narrativo de la historia. Incluso se ironiza sobre ello, pues la razón de que la película no sea lineal es porque todo está narrado por el protagonista mientras escribe el relato de lo que le ha pasado en los últimos días, y se siente incapaz de hacerlo ordenado. Gus Van Sant parece decirnos que sólo un narrador novato en su primer borrador presentaría una historia desordenada.

A través de un hecho extraordinario, como es la muerte accidental provocada por Alex, nos muestra el día a día ordinario de los jóvenes actuales. Alex no muestra arrepentimiento en ningún momento, sigue actuando prácticamente igual y va haciendo lo mismo que haría si no hubiese ocurrido el desgraciado accidente. Queda con su amigo, va con su novia a la que no quiere etc...

Hay algunos momentos geniales en la película, aprovechando la narración desde el punto de vista de Alex. Así como en Los Simpsons podemos saber lo ausente que está Homer cuando enfocan su cerebro, aquí el simple cambio de banda sonora en una misma secuencia nos indica cuando Alex está escuchando o no a su novia. También nos muestra a la mayoría de adultos desenfocados o fuera de plano, que es la sensación real que debe tener de ellos un adolescente.

Aunque no estemos en el mismo caso de las películas de Larry Clark, sí vemos que hay ciertas similitudes entre los personajes que retratan. Ambos directores nos muestran como navegan sin rumbo los jóvenes de la sociedad del bienestar, como si no fueran capaces de tener un objetivo cuando no viven en condiciones infrahumanas, como en la pobreza, la guerra o en una dictadura.

Lluís Alba

V.O.S.

Basada en la obra teatral homónima de Carol López y utilizando a los mismos actores, Cesc Gay nos presenta V.O.S. su primera incursión en la comedia.

Todo lo que vemos en la película pasa dentro de un plató cinematográfico, donde los personajes entran y salen (del plató y de la película). Son los actores, son los personajes que interpretan y son las personas sobre los que están contando su vida. Reflexión en forma de comedia de las relaciones de pareja en la sociedad actual, mezclada con la reflexión formal de contar historias y de como se puede llegar a manipular al espectador contando lo que se quiere y no los hechos reales.

La mayoría de diálogos son divertidos, similares a los de la mayoría de las buenas sitcoms americanas. Con ciertos detalles locales que a los de Barcelona nos hará disfrutar más de la película, como en la frase de que los barceloneses siempre estamos estresados y confundimos un infarto con un orgasmo. Además también podemos reconocer la mayoría de localizaciones, descubrir entre los extras a la panadera del barrio o reconocer la calle de nuestra oficina.

Aunque el tema también trate sobre la reflexión del cine dentro del cine, llega un momento que algunos de los chistes que comparan las situaciones con el cine popular llega a cargar por su evidencia. Las repetidas referencias a Tarantino, Woody Allen o Friends, acaban siendo demasiado previsibles. Aunque esta reflexión sobre el medio cinematográfico está llena de interesantes secuencias, como la de ver a cuatro actores (personas, personajes) jugando a las películas. Son actores que están filmando una película a la vez que interpretan escenas de otras películas.

La película muestra una realidad de Catalunya, poco habitual en el cine o en la televisión. Una realidad donde la mayoría de gente no se mueve por ghettos en los que sólo se hable un idioma. Los personajes interactúan todo el rato intercambiando catalán con castellano. Pero me temo que, a pesar de su título, fuera de Catalunya la mayoría de salas la exhibirán doblada.

Lluís Alba